martes, 10 de enero de 2017

Rosas (MásVeinticuatro)

¿Recuerdas aquella tarde de invierno, en la que tanto llovía, que acabamos subiendo a mi casa? El mundo entero desapareció para mí, tú lo eras todo. Por cada beso que nos dimos, una rosa floreció en mi jardín. El aroma que desprendían me obnubilaba por completo.

¿Te acuerdas cuando discutimos? Por cada lágrima que de derramaba por mis mejillas, un pétalo caía, marchito. Al final conseguías que te perdonara y decidiera seguir adelante, pero esos pétalos ya no volvían a crecer.

Hoy has vuelto a casa, enfadado como siempre, cansado de que machaquen en el trabajo. Intento hacerte la vida más fácil, pero no lo aprecias. Solo ves mis errores, lo que podría mejorar, lo que no te gusta de mí.

Hoy, una se ha puesto negra. En un solo segundo, oscureció y murió. Es tan solo una, no pasa nada. Pero mañana será otra, pasado serán dos. Una a una van cayendo todas, hasta solo quedar una en pie.

No pienso dejar que destroces esta última, me niego. He sido débil, re he dejado actuar a tu antojo, he sido cómplice de tu delirio. Pero se acabó, no pienso terminar así. Sé que no me vas a dejar marchar, no me lo vas a permitir, crees que soy tuya. No es así, soy mía, y que a ratos haya decidido compartirme contigo no te otorga mi posesión.

He mostrado todos las rosas negras a las autoridades. Pero han llegado demasiado tarde, él ha llegado antes, más enfadado que nunca. Le he dejado claro la decisión que había tomado, y eso ha desatado un amargo final diferente del que había imaginado. Cuando la policía llegó, todas las rosas del jardín se habían fundido a negro.


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