martes, 20 de noviembre de 2018

Solsticio de Invierno



¿Cuánto tiempo tarda el corazón en superar una ruptura? ¿Qué es exactamente “superarlo”? ¿Dejar de echarte de menos? ¿Dejar de desear que vuelvas cada día?




Ya ha pasado un año desde que llegaste. Que te quise. Que rompimos. Que te fuiste. Te he olvidado lo suficiente como para olvidar por qué te necesitaba tanto. Cuánto dolían tus silencios. Cuánto sufrí por miedo a que se acabara, y cómo acabó sucediendo. No quiero recordar cuándo llegaste. Ni cuánto te quise. Ni por qué rompimos. Ni por qué te fuiste. Ni cómo me quedé, con el corazón en las manos, esperando que regresaras. Día tras otro, mantuve la esperanza. Sé que me querías, sé que tenías miedo. Pensé que acabarías volviendo, diciéndome que no podías estar sin mí. Que no querías estar sin mí. Por eso esperaba con la carita empapada que llegaras con rosas, mil rosas para mí.






No es la primera vez que te escribo, pero espero que sea la última. Al menos la última en la que las palabras brotan junto a lágrimas de tristeza. Quizás vuelva a escribirte, para decirte que soy feliz. Quizás te cuente que haya conocido a alguien. Quizás algún día alguien llene el vacío que dejaste. Quizás.

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