jueves, 22 de noviembre de 2018

Aunque no sea conmigo



quisiera saber cómo me recuerdas,

si me tienes como un bonito recuerdo,

o algo que quisieras olvidar.



quisiera saber si me piensas,

si alguna vez recuerdas mis labios,

al menos la mitad de lo que lo hago yo.



quisiera saber si te soy indiferente,

una mancha en el pasado,

algo que nunca se repetirá.



quisiera saber dónde fue lo que sentías,

tus ganas de verme, de besarme,

de cogerme la mano por madrid,

de parar el tiempo para seguir juntos.



quisiera saber qué sientes,

cuando oyes mi nombre,

cuando algo te recuerda a mí.



quisiera saber si te arrepientes,

si borrarías lo que hubo,

si desearías no haberlo empezado.



quisiera saber por qué el tiempo no te borra,

por qué sigo esperándote,

por qué sigo aquí.



quisiera que seas feliz,

ya sea con ella, con otra, con otro,

o simplemente contigo.



quisiera saber si me quisiste..

quisiera..

quisiera que me quisieras.




* * *

y no es por eso que haya dejado

de quererte un solo día.

estoy contigo aunque estes lejos

de mi vida.

por tu felicidad a costa de la mía.

* * *

martes, 20 de noviembre de 2018

Solsticio de Invierno



¿Cuánto tiempo tarda el corazón en superar una ruptura? ¿Qué es exactamente “superarlo”? ¿Dejar de echarte de menos? ¿Dejar de desear que vuelvas cada día?




Ya ha pasado un año desde que llegaste. Que te quise. Que rompimos. Que te fuiste. Te he olvidado lo suficiente como para olvidar por qué te necesitaba tanto. Cuánto dolían tus silencios. Cuánto sufrí por miedo a que se acabara, y cómo acabó sucediendo. No quiero recordar cuándo llegaste. Ni cuánto te quise. Ni por qué rompimos. Ni por qué te fuiste. Ni cómo me quedé, con el corazón en las manos, esperando que regresaras. Día tras otro, mantuve la esperanza. Sé que me querías, sé que tenías miedo. Pensé que acabarías volviendo, diciéndome que no podías estar sin mí. Que no querías estar sin mí. Por eso esperaba con la carita empapada que llegaras con rosas, mil rosas para mí.






No es la primera vez que te escribo, pero espero que sea la última. Al menos la última en la que las palabras brotan junto a lágrimas de tristeza. Quizás vuelva a escribirte, para decirte que soy feliz. Quizás te cuente que haya conocido a alguien. Quizás algún día alguien llene el vacío que dejaste. Quizás.